El otoño suele llegar cargado de nuevas rutinas, y con ellas, la presión de “volver a la dieta” como si fuera una obligación ineludible. Sin embargo, esta mentalidad puede ser más perjudicial que beneficiosa para nuestra salud física y emocional.
El regreso a la dieta generalmente implica restricciones severas, sentimientos de culpa y ansiedad. Este enfoque nos desconecta de nuestras verdaderas necesidades, creando una relación complicada con la comida y con nuestro propio cuerpo. Además, a largo plazo, las dietas restrictivas rara vez ofrecen resultados sostenibles y contribuyen a un deterioro de la salud mental.
En lugar de caer en este ciclo, es importante cambiar nuestra manera de pensar. La clave está en elegir una alimentación consciente y saludable que se pueda mantener durante todo el año, basada en el respeto a nuestras necesidades físicas y a nuestra salud mental.
Alimentarnos de forma consciente significa aprender a escuchar nuestro cuerpo, respetar sus señales de hambre y saciedad, disfrutar de los alimentos sin culpa y cuidar también nuestro bienestar emocional. Cuidar la alimentación no es solo un asunto físico, sino un acto profundo de amor propio y respeto hacia nosotros mismos.
Al fomentar la flexibilidad y la calma en nuestra relación con la comida, podemos transformar septiembre en un verdadero nuevo comienzo, libre de presiones y estrés.
En Clínica Adarma te apoyamos para cambiar esta mentalidad, acompañándote a reconciliarte con tus necesidades, tu alimentación y contigo mismo/a. Si quieres dar un paso hacia una relación más sana y amable con la comida, estamos aquí para ayudarte.
Inés Guijarro – Nutricionista en Clínica Adarma
Especialista en Nutrición para trastornos alimentarios, nutrición hormonal y digestiva