¿Por qué cuesta tanto hablar de sexo en pareja?
En consulta es muy común escuchar frases como: “me da vergüenza pedir lo que quiero” o “sé que algo no me satisface, pero no sé cómo decírselo sin herirle”.
Nos cuesta porque la sexualidad está cargada de tabúes, creencias familiares y experiencias pasadas que nos hicieron pensar que hablar de ella era “demasiado íntimo” o incluso “inapropiado”. A veces, también está el miedo a que la otra persona nos juzgue, o rechace nuestras ideas.
Lo que no se habla, se convierte en distancia
Cuando no hablamos de sexualidad, empezamos a acumular silencios. Lo que al inicio parecía un detalle pequeño, por ejemplo, no sentirse escuchada en lo que excita o lo que incomoda. Con el tiempo puede convertirse en un muro que enfría la relación.
Y aquí no hablamos solo de lo físico: la falta de comunicación sexual puede terminar apagando la complicidad, la confianza y la pasión.
Cómo empezar a hablar de sexualidad con tu pareja
No se trata de tener “la gran conversación” de golpe, sino de abrir pequeños espacios seguros para compartir. Algunas ideas que puedes probar:
Elige un buen momento: Busca un espacio tranquilo, sin prisa, donde los dos os sintáis relajados
Habla desde lo positivo: en lugar de empezar con “no me gusta cuando…”, puedes abrir con algo como: “me encanta cuando haces esto, y me gustaría probar también…”. Y también poder preguntarle ¿A ti te gusta?
Usa el “yo” en vez del “tú”: cambia el “tú nunca me…” por “yo necesito sentir…”. Esto evita reproches y abre al diálogo.
Curiosidad compartida: hablar de sexualidad no es solo resolver problemas, también puede ser explorar fantasías, juegos, deseos… abrir nuevas posibilidades que refuercen la conexión.
El verdadero regalo: sentirse visto y escuchado
Al final, hablar de sexualidad en pareja no es solo mejorar la vida íntima, es fortalecer la relación. Cuando nos atrevemos a poner palabras a lo que sentimos, damos permiso al otro para hacer lo mismo.
Ese acto de valentía se convierte en un regalo mutuo: nos sentimos más vistos, más deseados y, sobre todo, más cerca.
¿Y si sentimos que no podemos solos?
Aquí es donde la terapia de pareja puede convertirse en una herramienta valiosa. Imagina a una pareja que lleva meses evitando el tema del deseo porque cada intento acaba en discusiones o en silencios incómodos. En un espacio terapéutico, no se trata de “decidir quién tiene la razón”, sino de aprender a comunicarse de otra manera.
A través de ejercicios y de hablar dentro del marco terapéutico de la terapia de pareja en el que crearemos un espacio seguro, pueden descubrir cómo expresar sus necesidades sin reproches, entender el origen de sus bloqueos y explorar juntos formas nuevas de vivir su sexualidad. Muchas veces, lo que parecía un callejón sin salida se transforma en un punto de encuentro.
👉 Si sientes que hablar de sexualidad en tu relación se ha vuelto difícil, recuerda que no tienes por qué atravesarlo sola, solo o en silencio. La terapia de pareja puede ser ese espacio seguro donde empezar a abrir conversaciones pendientes y reencontraros como pareja.
Raquel Matas – Psicóloga sanitaria en Clínica Adarma