Dentro del mundo de la terapia psicológica existen muy diversos enfoques y técnicas. Sin embargo, una característica transversal y compartida entre diferentes enfoques (integrador, sistémico, psicodinámico, contextual …) es “no centrarse en el síntoma”. ¿A qué nos referimos con esto?
Lo primero, ¿qué es el síntoma? El síntoma es eso que nos molesta, nos lleva consultar, y todos queremos quitárnoslo de encima. P.ej. Estrés, no querer salir de la cama, ansiedad, sobreprensar, dolores de tripa o de cabeza, bucles obsesivos, malestar en las relaciones, sensación de baja autoestima, inseguridades, confusión…
Las terapias, como la nuestra, en la que no nos centramos en el síntoma, son terapias cuyo objetivo no es exclusivamente que el síntoma desaparezca, si no que se enfoca en ir al origen, comprenderlo verdaderamente. Y esto tiene mucho sentido:
- Los síntomas son señales del cuerpo/mente que nos indican que algo no va bien.
- Son como las “alarmas de incendio” que indican que en algún lugar se ha provocado fuego.
- Si los “cortamos”, si apagamos la alarma, desaparecerá un tiempo. Sin embargo, ¿dónde está el fuego? ¿Cómo y por qué apareció? Eso, necesitaremos explorarlo, para que no reaparezca y no lo entendamos ni sepamos gestionarlo.
- Debemos escuchar los síntomas, y en un espacio de seguridad y contención empezar a comprenderlos y a desenmarañar el mensaje que nos traen.
- Que quizás sea… que necesitamos cuidarnos más, que necesitamos entender que nuestras reacciones pueden estar dañando a otros, o que…
- Cada síntoma, su historia y la persona que lo sufre, es única, por eso hacemos tratamientos totalmente individualizamos.
Si sabemos entenderlo, el malestar es una OPORTUNIDAD de crecimiento y de búsqueda de un mayor bienestar.
Te esperamos
Lucía Santana – Psicóloga sanitaria en Clínica Adarma